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Schwimmhalle Zingerstrasse


Piscinas



Se puede decir que Berlín, con más de sesenta piscinas - cubiertas o al aire libre - y alrededor  de cuarenta parajes habilitados para el baño, es todo un paraíso para los aficionados al disfrute  del agua y a la natación. La variedad de la oferta está íntimamente relacionada con su geografía: aproximadamente el 6,5 por ciento de su superficie está formada por lagos y aguas fluentes.  Las primeras piscinas públicas de Berlín se crearon en la época del Imperio. Esas "piscinas populares", como se denominaban, estaban destinadas a fomentar la natación, pero sobre todo la  higiene. Sólo con la creciente expansión de la natación como deporte social y de competición, en los años veinte, este tipo de instalación se empezó a concebir como lugar eminentemente deportivo.  Tras la Segunda Guerra Mundial y la división de la ciudad, el sector evolucionó de formas muy diversas en Este y Oeste. En Berlín Oriental, la construcción de estas infraestructuras se orientó en un principio al deporte de alta competición. Hasta principios de los años setenta no empezó a  fomentarse intensamente el deporte de masas. Con el fin de mejorar la oferta de lugares de baño se  recurrió a la construcción de instalaciones cubiertas estandarizadas. Doce de ellas, dotadas de piscinas de 25 metros y sauna, abrieron sus puertas en 1988, fundamentalmente en áreas de nueva construcción.  En Berlín Occidental se empezaron a construir nuevas piscinas cubiertas a principios de los años sesenta. Estaban destinadas tanto a la natación para escuelas y clubes deportivos como al deporte de ocio y salud practicado por gran parte de la población. El "Programa de las siete piscinas", aplicado a partir de 1972, sirvió para incrementar la presencia de estas instalaciones en lugares cercanos a la residencia de los usuarios. Las piscinas que se construyeron a raíz de este programa están concebidas de forma unitaria, y en su equipamiento se han tenido en cuenta todas las facetas de la natación. Tres de ellas, denominadas "Kombibäder", disponen también de piscinas al aire libre abiertas en la temporada estival.  Hasta bien entrada la posguerra, el disfrute del baño al aire libre había tenido lugar fun- damentalmente en espacios provistos de aguas naturales. Además de estos "lugares de baño al aire libre", entre los que se cuenta la famosa playa del lago Wannsee, en los años cincuenta empiezan a ganar popularidad las "piscinas de verano". Con este término se designan en Berlín las piscinas  artificiales no cubiertas. A modo de oasis en medio de la gran ciudad, integradas en grandes zonas verdes, estas instalaciones ampliaron la oferta de ocio, convirtiéndose en muchos casos en susti-tutas de las vacaciones estivales.